Dolido por el silencio de un amor inviable.
Amor callado, cruel e impotente.
Calce mis zapatos, sepa así lo que se siente.
Antes de que reviente ante este sabor desagradable.
Antes de que me embarguen los arrepentimientos y los reproches.
Antes de que mi paciencia toque techo.
Y así vivo, conformado con dormirme otra noche,
imaginando que mi almohada es tu pecho.
imaginando que mi almohada es tu pecho.
Y resisto, pensándote minuto sí, minuto también.
Andando por tu barrio buscando a nadie.
Mintiéndote diciendo que me encuentro bien.
Pensando que con él te besas por estas calles.
Y como un perro abandonado, mi corazón busca dueño,
alguien que le haga ser niño, que le haga olvidar
el daño.
Busca cariño, y se encuentra extraño,
pequeño ante el
peligro y ante el paso de los años.
Y suspendida como el humo de ese cigarro esta mi mirada.
Olvidada en algún
insospechado rincón de tu recuerdo.
Aferrada a lo que siente, mas quebrada por un quizá.
Queriendo volver atrás y curar mi corazón enfermo.Fabián Sosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario