domingo, 16 de agosto de 2015

Poema - Licor 43

Ayer volvimos a abrazarnos borrachos durante unos segundos.
El mundo perdió importancia y tu fragancia me dejó moribundo.
Como un vagabundo buscando a su dama.
Como mi cama esperando a que vuelva a dormir solo
y que a pesar de todo caiga rotundo.

Me fundo en tu regazo con ese abrazo inseparable.
Eterno, como nuestros seis meses ya caducados.
Fuego apagado, brasas inflamables.
¡Qué alguien me salve de este flashback desbocado!

Transcurrió la noche, desenfrenada
entre drogadictos alienados y música vanal.
Anduve perdido por la ciudad mojada
y ya no recuerdo nada; solo un vacío temporal.

Y tal cual, corrí por la calle La Marina,
libre de cadenas. Sentí esa necesidad.
Al resbalar caí sobre un mar de orinas,
abrazando una botella con instinto maternal.