Ella observa la cotidianidad
como quien observa una obra de arte.
Las obras de arte las penetra con los ojos.
Y mis ojos no los mira, los devora.
Lo sobredimensiona todo y eso me encanta:
las canciones viejas, mis poemas,
las pelis de culto y los dibujos de la enana.
Desde sus sentidos, el mundo es una hipérbole.
Ella -no conforme con percibir- imagina.
Imagina sin límites, sin moldes ni corsés.
Personalidad con derechos de autor.
Fotógrafa de almas, no de selfies.
Ella es discresión llamativa,
introspección y sencillez.