domingo, 5 de febrero de 2017

Ella observa la cotidianidad
como quien observa una obra de arte.
Las obras de arte las penetra con los ojos.
Y mis ojos no los mira, los devora. 

Lo sobredimensiona todo y eso me encanta:
las canciones viejas, mis poemas,
las pelis de culto y los dibujos de la enana.
 
Desde sus sentidos, el mundo es una hipérbole. 
Ella -no conforme con percibir- imagina.
Imagina sin límites, sin moldes ni corsés.

Personalidad con derechos de autor.
Fotógrafa de almas, no de selfies.
Ella es discresión llamativa,
introspección y sencillez.

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